Un balón interceptado por el alemán Franz Hiller, aquel futbolista germano que llegó procedente del Munich 1860, acabó en el mejor de los destinos tras mediación de Sitjá y firma de «Milonguita» Heredia cuando corría el minuto 50 de la segunda parte del intenso partido entre el Elche y el Real Madrid en un Altabix a rebosar. Aquel once que los aficionados aprendieron de memoria (Esteban, Indio, González, Canós, Montero, Llompart, Heredia, Cano, Sitjá, Hiller y Melenchón) llegaba a la duodécima jornada en una situación preocupante: colista tras once jornadas con sólo siete puntos y tres negativos.
Así que el domingo 2 de diciembre de 1973, con la visita del todopoderoso Real Madrid, distanciado de la cabeza (ocupaba la duodécima plaza) apuntaba a empeorar la situación más que otra cosa. La alineación que dispuso Miguel Muñoz ante los chicos de Olsen elevaba los temores: Junquera, José Luis, Benito, Touriño, Pirri, Zoco, Amancio, Velázquez, Santillana, Netzer y Pinino Mas.
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